Llevo varios meses queriendo encontrar un hueco para escribir algo medianamente serio y aportarlo a SIBARITAS. Y no es fácil, a la vista de la calidad de lo publicado, enfrentarse al WORD y empezar a hilvanar frases más o menos coherentes. Se me han pasado por la cabeza infinidad de temas, pero la verdad es que ahora mismo tengo tal cacao mental que no me decido por ninguno en concreto. Intentaré entrar un poco en varias cosas que tengo pendientes de comentar. No obstante, aviso desde ya al lector de que yo no incluiré citas célebres, como mis amigos y sin embargo ilustres articulistas, más que nada porque cuando os pongáis -como hice yo en su día- a comprobar si son auténticas o no, descubriréis probablemente que no lo son y, claro, no puedo bajar el nivel que ha cogido este foro. Además, las citas más celebres que ahora mismo recuerdo son propiedad de los que van a leer esto, por lo que no tiene sentido recordarles sus propias palabras. Allá voy.
La primera vez que entré en SIBARITAS me entraron ganas de buscar aquel bar donde ponían la famosa tostada de tomate que tanto excitó a D. Ismael (para los que no conozcan a los protagonistas de esta página, simplemente les diré que no son Alejandro, Ismael y Luis, sino Don Alejandro, Don Ismael y Don Luis –a Bronco no tengo el placer de conocerlo todavía, pero ya me voy haciendo una idea-). Si un desconocido me pidiera que hablara, que describiera a D. Ismael, no sé por dónde empezaría. Probablemente le diría que D. Ismael es… D. Ismael, no hay mejor descripción para los que lo conocemos. Para los que no tienen el placer, tendría que decirles que no es un hombre guapo; no, no lo es –la que es guapa es su novia Lara, eso lo sabemos todos-. A continuación añadiría que tiene un atractivo personal indudable e irresistible (no se lleven a engaños los lectores, éste que les escribe es más heterosexual que Poli Díaz), además de un carácter penetrante que desprende una seguridad infinita, y un humor medio inglés, medio ismaeliano, sólo al alcance de unos cuantos privilegiados –entre los que me incluyo- que te hace verlo todo de otra manera, con más calma y a la vez con más actitud crítica. Su conversación es como su humor, infinita (así también, sus patillas). Puede sorprenderte hablando del último libro que acaba de leer ese día, o de la calidad del mármol de la escalera donde estaba sentado mientras lo hacía (= mientras leía).
Para quien no lo conozca, le diría también que es una persona generosa, muy generosa, no sólo por sus regalos materiales (que ya he tenido el gusto de “padecer”) sino también por los espirituales¿?. ¿Veis a qué me refería al principio de mi escrito? No consigo centrar el tiro, pero la verdad es que hablar de este hombre no es fácil porque uno corre el serio riesgo de quedarse corto (seguro) y de ser corregido/criticado/completado por todos los demás. Probablemente, cuando repase lo escrito, ordenaré un poco mejor estas ideas y encontraré algunas más que plasmar. Por ahora terminaré diciendo que hablo de un gran hombre (menudo tópico, pero es así), que Don Ismael es nada más y nada menos que Don Ismael, que vive en su mundo ismaeliano en el que, y esto es lo mejor, te absorbe muy pronto y te mete de lleno, y del que ya luego no vas a querer salir jamás. Por último, como diría Don Luis, Ismael Ganam Desnudo. Gracias amigo por ser como eres y hacernos disfrutar de ti.
Si repasáis lo escrito hasta ahora veréis que, en realidad, mi descripción de Don Ismael es vaga e incompleta, así que suplico lo toméis como un pequeño apunte introductorio de una próxima Oda a Don Ismael, en la que haré todos los esfuerzos imaginables por plasmar lo que significa para nosotros…
Así que, Don Ismael, acostumbrado tú a analizarlo todo después de haberlo leído 5-6 veces, subrayado otras tantas y memorizado otras cuantas, quédate con esta idea: es muy difícil describir a un genio en unas pocas líneas, sería necesario más bien un tratado, o una tesis (incluso una película, pero esto lo dejo en manos de los expertos).
Cuando me decidí a escribir, hace ya varios meses, pensé hablar –antes que nada- de mi nueva vida en Madrid, de mi convivencia con Don Luis en nuestro apartamento situado en una famosa esquina, y de mis contactos con un grupo de personajes (querido Gonzalo, aquí estás incluido tú, a pesar de haber publicado lo mismo que yo, casi nada o nada) que, desde el principio, no han dejado de sorprenderme gratamente (entre otras cosas, porque han hecho que yo sea el más atractivo del grupo, lo cual no tiene mucho mérito por lo fácil). Pero, como decía al principio, únicamente me decidí a escribir, mas no llegué a hacerlo. De modo que ahora que no tengo más remedio porque los acontecimientos se precipitan y también –lo reconozco- porque tengo miedo de terminar siendo olvidado en este foro, me propongo publicar de vez en cuando lo que me vaya pasando por la cabeza, que no tenga nada que ver con el mundo jurídico al que dedico más tiempo del deseado, para intentar distraer las mentes más distraídas de los asiduos lectores de SIBARITAS. Es por esto que, muy probablemente, mis próximos escritos tratarán de la convivencia, del amor (que no de la dulzura, eso ya está muy hablado), del bueno vino, del arte del cortejo, de la ruina económica (la mía), del buen hacer de Alo, de mi compañero de fatigas en la esquina de Hermosilla y la nueva vida que empieza ya, y algunos temas más. Del matrimonio no hablaré: Bronco se ha encargado de ello con más éxito del que cualquiera de nosotros podría imaginar. En cambio, sí hablaré de la técnica que me ha permitido conocer a la persona (obviamente, mujer) que me ha vuelto loco de verdad; técnica que aprendí de un genio: presión, presión, presión…..desconcierto!
Saludos cordiales.
PD: Gracias, querido Alejandro, por hacerme partícipe de este mundo sibarita que habéis creado. Prometo colaborar activamente.
jueves, 22 de mayo de 2008
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4 comentarios:
Leo con agrado esta entrada, excepto por una pequeña imprecisión, el más atractivo es Don Alejandro
En primer lugar quiero dar la bienvenida a Don Rafael Ceres, nuevo miembro, portador de la razón precisa y de una humildad y optimismo sin parangón. Bienvenido.
En segundo lugar decir que no soy feo.
En tercer lugar, decir que ante tantas palabras gratas me imagino que la muerte va a mi caza.
En último lugar me pregunto quién es "yomisma" y "laotra" que parecen pretender a nuestro sin par Alo.
Aquí todo el mundo se hace miembro y a mi persona nada. Panda sibaritas.
Resumiría las dos nuevas entradas de la siguiente manera:
El humor constructivo (Don Rafael) frente al humor destructivo (Bronco).
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