PENSAMIENTO TRANSVERSAL Y RUTINA

Una manera de clasificar los días de Bronco Lozano de acuerdo a su espíritu matinal sería la siguiente:


a) Días en los que Bronco se levanta y piensa que en general la gente es aún más torpe de lo que parece.
b) Días en los que Bronco se levanta y saca la basura.
c) Días en los que Bronco se levanta y piensa que la gente sabe mucho más de lo que dice.

En los días tipo “a”, Bronco considera sus opciones para realizar de una vez por todas esa “gran gesta” para la cual estamos aquí, siguiendo siempre la corriente de pensamiento de mi buen amigo Pablo Ibañez Sanchez-Mata, filósofo y poeta vocacional e ingeniero circunstancial. Esa gran gesta requiere de un buen número de herramientas y determinaciones, entre las que podríamos destacar la recientemente señalada por Don Luis al respecto de las circunstancias y los contactos; o la señalada por Don Rafael, que parafraseando a Don Ismael recomienda presión, presión, presión y desconcierto; y tantas otras que no menciono por brevedad.

Yo querría llamar la atención sobre una de esas herramientas, a la que yo me refiero como “pensamiento transversal”, y que consiste en abordar el estudio de la realidad desde un punto de vista nuevo e inesperado para tratar de llegar a soluciones innovadoras, de esas que resuelven problemas y abren puertas. Algo así como un repentino movimiento de cámara a un lugar desde el cual se pueda observar con claridad la jugada. Todavía recuerdo los gritos del entrenador: “¡Levantad la cabeza!...¡No miréis al balón!...¡Mirad a vuestros compañeros y abrid juego!” Y es que no se trata de correr mucho y con fuerza. Es en estos días cuando todo cobra sentido, y Bronco traza planes, porque todo se plantea claro y cristalino ante él.

En los días tipo “b” aprovecha lo de la basura para entrar en el DIA y comprar pechugas de pollo, dos, lechugas, una, detergente para lavadoras, lejía (sin detergente), y acordarse de los papeles de hacienda, la ITV, el DNI, la multa impagada…

En los días tipo “c” Bronco hace cuentas… y no le salen. Problemas cotidianos, fenómenos estocásticos de la vida, nublan su vista y debilitan hasta la más firme de sus determinaciones vitales, arrojándole a un mar de dudas e inseguridades por las que navega con mayor o menor gracia a la espera del sol, de la claridad y de la calidez de los días tipo “a”.


Un análisis convencional de la personalidad de Bronco aseguraría que sufre una típica personalidad bipolar del tipo “generalmente estable pero con picos”, conocidos en el argot de la calle como “subidones y bajones”, pero que no requiere de especial medicación, aunque quizá no debiera de pensar tanto las cosas, en argot “comerse el tarro”.

Sin embargo, un estudio del sujeto bajo el prisma de un pensamiento transversal podría concluir que Bronco padece una enfermedad muy común en nuestro tiempo, aunque paradojicamente raramente diagnosticada, que responde al nombre de RUTINA.

(Del fr. routine, de route, ruta).
1. f. Costumbre inveterada, hábito adquirido de hacer las cosas por mera práctica y sin razonarlas.

La Rutina es amiga de la higiene, aunque enemiga de la belleza; te acerca a tus sueños pero te impide verlos; te ayuda en la convivencia pero destroza tus relaciones; la rutina te concede estabilidad pero destruye tus cimientos; resuelve trabajo pero no resuelve entuertos; genera dinero pero nunca el suficiente; paga deudas pero crea otras; La rutina te mata por dentro pero te permite vivir por fuera…

Amigos, me llamo Bronco Lozano y he caído en la rutina.

Quizá la respuesta esté en aprender a pensar transversalmente en los días tipo “c” y poder sacar la basura los días tipo “a”, y ser consciente de que en general la gente es más torpe de lo que parece pero saben más de lo que dicen…

Cualquier día de estos me embarco……

¡¡¡Diossssss está lleno de estrellas!!!