Durante el rodaje del film “La fiera de mi niña” (Bringing up Baby, 1938) la protagonista, Katharine Hepburn, acabó en más de una ocasión con la paciencia del director Howard Hawks.
En cierta ocasión durante una interrupción de una de las escenas, Katharine Hepburn comenzó a hablar sin parar. Hablaba hasta por los codos y el director ordenó a su ayudante decir a todo el equipo del rodaje que se sentasen y se pusieran a observar a la charlatana actriz, para ver si, de este modo, dejaba de hablar y podían continuar con la filmación.
Al cabo de un buen rato, Kate se dio cuenta de lo que estaba sucediendo y preguntó inocentemente:-“¿A qué estamos esperando?”
Hawks contestó:-“Estábamos esperando a que el loro se callase”
El equipo de Hawks echó una carcajada.
A la actriz pareció no sentarle bien ese comentario, por lo que pidió tener unas palabras en privado con el director.Se apartaron a un lado del set de rodaje y ella le dijo enojada:-“Howard, estas personas son amigos míos”, dijo ella señalando al equipo técnico, “si dices cosas así sobre mí, podrías tener algún problema”.
Hawks miró hacia arriba y observó a un electricista colocando un voluminoso foco:-“Edie”- llamó el director al electricista- “Si usted tuviese la oportunidad de dejar caer ese foco sobre la Srta. Hepburn o sobre mí ¿qué escogería usted?”La respuesta de Edie fue:
-“¡Apártese Sr. Hawks!”
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Ahora la pregunta es: ¿Y qué dijo la susodicha ante las palabras de Edie?
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