viernes, 6 de febrero de 2009

4 comentarios:

or dijo...

Me gustaría ver cómo se desenvuelve un gentleman de estos en una educada discusión con un "caballero" estibador del varadero de Motril... Me imagino algo tipo: "Te viá ejplicar... Deja de darme con el palo los coj____, jod__. Ya me has cabreao! Quieres dejar el put_ palo coñ_!!!"
Y después la identificación de lo que en principio se pensó que era un inmigrante caído de alguna patera, se tornó más complicada cuando en la autopsia(ni siquiera se si les hacen autopsia) le tuvieron que sacar un bastón del...

Alejandro Perez dijo...

jajajajajajaja....Como no dehe de dar por culo con la vara, te ví acahé en formaCaqui y te ví a shupá ercardillo eloho...cuidao conlapolla er zeñorico...

luis dijo...

La desconfianza personal es la determinante de casi todos nuestros fracasos.
La confianza en nuestras fuerzas es ya
De por sí una fuerza; y en cambio,
es débil el fuerte que desconfía de su valor.-

or dijo...

eso es verdad, pero en la mayoría de los casos, el fuerte es consciente de su fuerza y esto lo hace más seguro de sí mismo (al menos en la faceta en la que se siente seguro). Por eso si topas con uno del calibre xxl, consciente de la imagen que proyecta, con experiencia en batallas tanto físicas como intelectuales y que encima domina el bartitsu de marras, entonces ya puedes coger toda la seguridad que tanto éxitos te ha reportado, dar la vuelta y marcharte. Y dado el caso puede que sea recomendable que sea bien calladito. Vamos que mejor no os metáis con Bronco... En este caso no le hace falta el paraguas ni el bastón. Ya se las apaña él...