jueves, 30 de diciembre de 2010
lunes, 13 de diciembre de 2010
Consultorio de Ética del Sr. Lozano....
Pregunta:
viernes, 3 de diciembre de 2010
La mirada de las mil yardas o el "Big Papa Joe" Síndrome
Con la reciente muerte de Harry Patch, el último soldado superviviente que participó en los combates de trincheras durante la Primer Guerra, comencé a leer bastante sobre la vida de este gran hombre, quien a pesar de sus 111 años y frágil salud, trabajaría hasta sus últimas fuerzas para advertir a las generaciones venideras sobre los horrores y la inutilidad de las guerras.
En la serie de recuentos y anécdotas que dejó antes de morir, una en concreto supo captar mi atención en gran medida. La misma contaba como, en un principio, los oficiales fusilaban a ciertos hombres por cobardía tras que éstos, al recibir una orden, la ignoraban por completo. No obstante, los soldados sabían que no se trataba de cobardía ni desobediencia, sino que había una razón mucho más profunda y desalentadora para este comportamiento que comenzaba a surgir en los campos de batalla modernos. No porque no existiese anteriormente, sino porque las condiciones de la guerra misma habían cambiado, volviéndose mucho más intensas y estresantes. Con el pasar de los meses, el Alto Mando Británico confirmaría esta sospecha, y daría la orden a rajatabla a sus comandantes de no fusilar a éstos hombres. Esto ya que catalogarían a los mismos como ‘enfermos de guerra’. Prontamente todos los bandos tendrían su nombre para esta condición: Kriegszitterer para los alemanes, obusite para los franceses, y shell-shock para los americanos y británicos.
Hoy lo conocemos como desorden de stress post-traumático agudo. No obstante, anteriormente, y años después del aterrador combate de trincheras y gases nerviosos, durante la Segunda Guerra, los soldados comenzarían a referirse a esto informalmente como “la mirada de las mil yardas,” a partir de un artículo aparecido en la revista LIFE y en alusión a la prácticamente abstracta presencia de la persona de su lugar físico. Era fácil reconocerlos, hombres sentados en trincheras o búnkers con sus miradas perdidas, mirando hacia la nada, muchas veces sonriendo a pesar de estar bajo intenso fuego de artillería, ignorando todo peligro a su alrededor como si sus mentes hubiesen decidido escapar de sus maltrechos cuerpos.
En la imagen en cuestión vemos a un soldado australiano de la Primer Guerra en un improvisado hospital de campaña tras la sangrienta Batalla de Ypres, con su mano amputada junto a otros heridos. Sonriente, y completamente abstraído de la sombría escena que le rodeaba, el soldado tiene su mirada perdida en la nada, como si se encontrase en un mundo aparte, alejado de los horrores de la guerra.
Via Anfrix.
España, país de Idiotas....
Pocas palabras son tan antiguas y han permanecido tan inalteradas como idiota.
Es utilizada en casi todos los lenguajes occidentales con gran frecuencia, de hecho es una de las pocas palabras que de promedio se escuchan más de 10 veces al día. Esta definición de una persona con muy pocas luces tiene una historia bastante particular.
En Grecia ser un ciudadano de una polis libre y no participar en la vida política de la ciudad era considerado taboo. Claro, ya que significaba en cierto modo que a pesar de ser libre, prefería que su vida fuese manejada por otros.
A éstas personas se las denominaba IDIOTAS, lo cual significaba en cierta medida un ciudadano indolente e inactivo.
Con el paso de los años y la subida de Roma al poder la palabra adquiriría un nuevo significado. Debido a que en Roma el control político no era tan democrático como en Grecia, y por ende llamar idiota a un plebeyo no tenía mucho sentido, ya que a pesar de ser libre no podía participar directamente en el manejo de Roma, idiota comienza a ser utilizada para referirse a personas ignorantes o demasiado tontas que no podían manejarse por si mismas -generalmente personas que debían ser mantenidas por familiares-.
En el siglo 19 toma un significado científico al ser utilizada para definir a personas con un IQ inferior a 20 que no podrían vivir o mantenerse por si mismas.
Con el devenir de los años y cada vez que se popularizaba el término como insulto general, las autoridades de turno lo cambiaban para que el colectivo no se viera resentido más de lo que ya lo estaba. Y así los idiotas se convirtieron en imbéciles, para más tarde ser retrasados, luego subnormales y por último síndrome de Down.
El palimpsesto de Arquímedes
Si escuchásemos una historia que nos hablase acerca de la pérdida de varios tratados no conocidos de uno de los más grandes genios de la historia, los cuales, tras permanecer abandonados durante siglos en una polvorienta y antiquísima librería de un monasterio, terminarían siendo confundidos por textos sin importancia y la tela sobre la cual descansaba su tinta, fuese lavada y reciclada, para transformarlo en un libro de oraciones durante otra inmensidad de siglos, sólo siendo redescubierto en el s. XX y vuelto a perder en la Primer Guerra Mundial para volver a ser reencontrado en Francia en los años 30, donde permanecería durante casi siete décadas nuevamente olvidado y todo esto permaneciese oculto hasta que un millonario filántropo lo adquiriera para donarlo a la ciencia, y, cuyos contenidos, hoy en día han sido recuperados utilizando la más moderna técnica de inspección por rayos X y luz ultravioleta, pensaríamos que se trata sólo de una bonita historia de ficción.
Este es el palimpsesto de Arquímedes, una serie de tratados matemáticos cuya historia de extravíos y encuentros es simplemente sorprendente. Arquímedes no sólo fue un personaje excéntrico, sino que además fue un genio matemático, un creativo ingenioso y un físico adelantado a su época, sino que además, y a pesar de su lejanía temporal, es uno de los nombres más reconocidos de la ciencia en la actualidad. A lo largo de su vida compiló varios tratados y escritos monumentales que abrieron las puertas a nuevos tipos de construcciones, metodologías industriales y nuevas maneras de entender la naturaleza. De estos tratados, siete, de los mismos dos totalmente desconocidos, serían olvidados víctimas de la turbulencia social y las guerras de su época.
Pasarían 13 siglos (s. X dC), en los cuales su textura se carcomería casi al punto de lo ilegible. En este pésimo estado, por un capricho del destino, serían reencontrados por un monje escriba que, al reconocer la obra como un trabajo de importancia antigua, la copiaría exactamente palabra por palabra, no en papiro como en los tiempos de Arquímedes, sino a una nueva tecnología de la época, es decir, libros cuyas hojas eran hechas con parches de tela a partir de vientre animal. Desafortunadamente, la difusión de la obra reencontrada no se haría notoria, y la nueva copia parecería condenada a correr el mismo destino que el trabajo original, quedando dos siglos guardada en el olvido y acumulando polvo. No obstante, en el siglo XII monjes quienes, desafortunadamente en el apuro de buscar libros incompletos o con muchas copias, con el fin de reciclar el parche de escritura de los mismos para crear palimpsestos -libros confeccionados a partir del material reciclado de otros libros-, pasaron por alto la importancia del tomo que iban a borrar.
A diferencia de un guión de Hollywood, donde el ítem de importancia es salvado a último momento, los tratados perdidos de Arquímedes serían lavados borrando así su contenido sin interrupción alguna. Una vez lavados y doblados, los parches pasarían a formar un libro de oraciones, y la obra final de Arquímedes parecería haberse perdido para siempre.
De dueño en dueño el libro iría pasando, hasta que en 1906 sería hallado por el filólogo danés Johan Heiberg -derecha-, quien, mientras estudiaba el libro en Constantinopla publicó las primeras fotografías del mismo. Pocos años después sería traducido por el gran historiador, matemático, aventurero y clasicista Sir Thomas Heath-a quien pronto le dedicaré algún artículo-. Esta traducción, aunque muy fragmentada al no contar con la información brindada por la tecnología actual, permitiría reeditar la obra del genio de Siracusa 23 siglos después de su muerte. Increíblemente el libro volvería a desaparecer con la Primer Guerra Mundial, para reaparecer en una colección privada de un coleccionista francés quien había conseguido el texto al rededor de la década del 30 de manos de un mercader en Estambul. Así continuaría guardado en esta colección durante la mayor parte del siglo XX, hasta ser comprado el 29 de Octubre de 1998 por un multimillonario filántropo quien, en vez de mantenerlo en su colección personal, lo daría al Walters Art Museum para que se realice un estudio a fondo y comprensivo del mismo.
Los contenidos
Aproximadamente 7 tratados desconocidos -totalmente o en parte- de Arquímedes fueron encontrados, incluso, un rompecabezas geométrico, junto a un discurso de Hipérides y copias de otros textos ya conocidos de varios autores. De éstos tratados El Método es el de mayor importancia, ya que es completo y único al palimpsesto además explicando varios de los resultados matemáticos que Arquímedes había demostrado pero nunca explicado. Incluso, algo que dejaría boquiabiertos a los investigadores, es el que Arquímedes lograra resolver problemas para los que hoy en día se requeriría utilizar cálculo integral -métodos desarrollados 2 mil años después de la muerte de Arquímedes por Newton y Leibniz-.
En lo que a geometría respecta, el palimpsesto ha demostrado que Arquímedes se encontraba un nivel 500 años avanzado a su época, de hecho, el mismo Heath planteó con dolor “qué hubiese sido del avance científico humano de no haberse perdido la obra”, ya que algunos de los tratados hallados y únicos a esta obra, comoCuerpos flotantes y Método de los teoremas de mecánica eran realmente joyas dignas de estudio comprensivo.
Enlaces relacionados
Cómo se realizan los estudios con rayos-X sobre el palimpsesto
Página del Walters Art Museum sobre el palimpsesto
Via Anfrix
domingo, 24 de octubre de 2010
BOB GUCCIONE, IN MEMORIAM
Se había fijado en el éxito de Playboy pero le parecía algo snob. Así que pensó lanzar una revista más explícita y, sobre todo, dirigida a "hombres normales y corrientes". Pidió un crédito de 1.700 dólares, usó el correo y llegó el golpe de suerte. Tomó una vieja agenda de direcciones postales y envió sus folletos pornográficos a todo el mundo: clérigos, estudiantes, jubilados y esposas de parlamentarios.
El revuelo y la indignación fueron de órdago, claro, y a Guccione le multaron con 264 libras por enviar por correo material "indecente". Una cantidad razonable para la descomunal publicidad que el escándalo dio a su revista recién nacida. Las 120.000 copias del primer ejemplar se agotaron en pocos días. Guccione, que contaba 35 años, había dado el primer paso para convertirse en uno de los grandes de la industria.
Robert Charles Joseph Edward Sabatini Guccione formaba parte del triunvirato de grandes editores de revistas eróticas junto a Hugh Hefner, creador de Playboy, y Larry Flynt, editor de Hustler. Era la viva imagen del pornógrafo libidinoso: musculado, bronceado, con pantalones ajustados y camisas de seda abiertas hasta la cintura, dejando ver varias cadenas sobre un pecho velludo. De temperamento volátil, sin embargo no fumaba ni bebía, ni tomaba drogas.
Un imperio editorial de 300 millones
En 1969, Guccione llevó la revista a EEUU, justo en plena revolución sexual, para retar el reinado de Playboy. Y lo consiguió. Convirtió Penthouse en una de las marcas más grandes y conocidas de la industria. Fue etiquetada como un cóctel de "sexo, política y protesta", y se embolsó una cifra estimada de entre 3.500 y 4.000 millones de dólares a lo largo de 30 años.
Para rivalizar con las Playmates de Playboy, Guccione creó sus Penthouse Pets, a las que fotografiaba él mismo en posturas que hacían que las conejitas de Hefner parecieran angelitos. Sus imágenes enfurecieron a las feministas y a los conservadores, pero otros las elogiaron por romper tabúes. Y aparte de las chicas tenía su toque de clase: publicaba textos de Philip Roth, Joyce Carol Oates y Stephen King, entre otros, y entrevistas con Gore Vidal, Germaine Greer e Isaac Asimov.
A principios de los años 80, Guccione era ya uno de los hombres más ricos de EEUU. Su imperio editorial, General Media, alcanzó un valor de 300 millones de dólares. Su joya era Penthouse, que registraba una circulación mensual de 4,7 millones de ejemplares en 16 países, pero además tenía otras 15 revistas, como Omni y Penthouse Forum, y otras cabeceras de culturismo, fotografía e informática. La revista Forbes situó en 1982 el patrimonio de Guccione en 400 millones de dólares. Su colección de obras de arte, valorada en 150 millones, incluía cuadros de Degas, Renoir, Picasso, El Greco, Dalí, Matisse y Chagall.
Penthouse alcanzó su mayor popularidad en septiembre de 1984 cuando publicó fotografías eróticas de Vanessa Williams, la primera afroamericana que se hizo con la corona de Miss Estados Unidos y que hoy es una cantante y actriz. Williams tuvo que devolver la corona, pero la revista vendió 6 millones de ejemplares e ingresó 14 millones de dólares.
Un 'Calígula' polémico y rentable
Se calcula que Penthouse generó unos ingresos de entre 3.500 y 4.000 millones de dólares durante el reinado de Guccione como editor. Pero perdió buena parte de su fortuna personal por malas inversiones y negocios arriesgados. Quizá el fracaso más conocido es la inversión de 17,5 millones de dólares en la producción de 1979 de la película Calígula, interpretada por Malcolm McDowell, Helen Mirren, John Gielgud y Peter O'Toole. A las distribuidoras no les gustó la cinta por sus escenas de sexo lésbico explícito y de incesto, pero se convirtió en el DVD más popular de General Media.
En 2003, General Media, anunció su quiebra y un inversor de Florida adquirió Penthouse al año siguiente en una subasta. La revista se había convertido en la primera gran víctima de Internet. Pertenece ahora a FriendFinder Networks. Sus problemas financieros le obligaron a vender en 2002 su colección de arte en una subasta y cuatro años después tuvo que deshacerse de su mansión neoyorquina. Guccione, que volvió a pintar después de perder su imperio, se casó cuatro veces y tiene cuatro hijos. El editor falleció en el hospital rodeado de su mujer, April Dawn Warren Guccione, y dos de sus hijos, Bob y Tonina.
lunes, 18 de octubre de 2010
domingo, 17 de octubre de 2010
EX-REPÚBLICA DE MANUEL GUTIÉRREZ
A las 7 de la tarde, Manuel se tocó la barba y declaró de forma unilateral su independencia, constituyéndose como la Republica de Manuel Gutiérrez, cuyo único territorio era una banqueta al este de la plaza, la sombra de un limonero y una botella de vino casi vacía. Cinco minutos más tarde, proclamó la invasión pacífica de la placeta y del resto del planeta tierra, que quedó sometido a la Republica recién creada. Una vez autoerigido como gobernador de todo ser humano, se subió al banco y gritó que renunciaba a todos sus poderes y que a partir de ese momento cada ser humano era definitivamente libre e independiente. Pero los peatones iban, como siempre, con mucha prisa y no prestaron atención a Manuel Gutiérrez, por lo que continuaron durante muchos siglos siendo esclavos de nuevos gobernantes y de sí mismos.
martes, 28 de septiembre de 2010
viernes, 24 de septiembre de 2010
miércoles, 22 de septiembre de 2010
martes, 21 de septiembre de 2010
Arquitectura contemporánea....
Hola Gon.
Aquel "cuento" que te narré una noche de copas y que me pides te repita, no era tal, sino, la manera que tenía mi padre de explicar como habíamos llegado a esta anómala situación en el mundillo arquitectónico.
Desde siempre la gente que destacaba en arquitectura eran individuos con una formación sólida en cuanto a la técnica y una personalidad rica y variada en cuanto a la forma y a la estética. Las soluciones funcionales de sus obras además de resolver el problema de forma magistral conferían al inmueble, desde lo particular a lo general, de una personalidad perfectamente identificable con su creador. Si durante el proceso surgía algún problema, diseñaban y generaban desde nuevas formas hasta materiales nuevos si era necesario. Así, muchas obras brillantes son reconocidas con facilidad en cuanto a su autor y su época.
En la generación de mi padre se empezó a gestar un movimiento, que ahora lo impregna todo, lo domina todo y lo controla todo.
La mayoría de los arquitectos responsables de lo que hoy vivimos, eran discípulos de grandes arquitectos creadores. Prontamente se percataron de que no destacarían tanto como sus predecesores, pues estos arquitectos, no eran ni de lejos tan brillantes, ni tan capaces como sus maestros.
Para poder destacar, se refugiaron en un tipo de arquitectura resultona de nuevo cuño que era según sus propias palabras, "limpia", "pura", "auténtica", y lo más importante que a menudo obviaban, que era "fácil".
Fácil de copiar, porque ahora, que esta doctrina impera sobre todo, incluida la docencia, lo que se fomenta, lo que prima y lo que se enseña es a copiar, no a crear.
No querría que me malinterpretases, porque claro que hay excepciones que confirman la regla, siempre las hay. Hay genios que han sido capaces de agarrar este limitado lenguaje y sublimarlo como solo unos pocos pueden.
Pero estos, necesitaban de alguna forma cambiar su suerte para mantener su estatus y lo que idearon, transmutó y modificó desde la raíz el mundo de la arquitectura tal y como se conocía hasta ese momento.
Primero se hicieron con las riendas de lo que hoy es el mundo editorial especializado.
Y después o mejor dicho durante el proceso, consiguieron que la ratificación y el reconocimiento más relevante a un trabajo bien hecho, fuese a través de la publicación en la prensa especializada. De manera que si no publicabas, no eras nadie.
Este hecho causó hilaridad en la generación anterior, pero no se le dio mucha importancia pues la realidad de aquel momento hacía que este nuevo requisito fuera relevante solo para unos pocos que estaban empezando.
Así, poco a poco se fue produciendo una especie de selección, pero no natural en este caso, si no intencionada e interesada, sobre un tipo de lenguaje arquitectónico en el que destacaban estos "nuevos" arquitectos y en una linea concreta de ratificación de lo que los mentores de estos medios consideraban ya como la doctrina única.
En sus publicaciones empezaron mirando a los grandes y repasando lo acontecido en la arquitectura moderna, pero esculcando ya aquellas cosas que eran más de su agrado, sentando así las bases sobre quienes eran para ellos, los “Dioses” mayores y menores de la arquitectura.
A la vez que establecidas las deidades inalcanzables y perfectas que representaban el Olimpo de la profesión, se conformaban los paradigmas de pensamiento, doctrina y varias generaciones de arquitectos crecían y se formaban a la teta informativa de este mundillo.
El adoctrinamiento ha sido intenso hasta convertirse en una cuestión de Fe.
Y como Fe, de esta nueva religión, como las religiones nacientes, se defiende y protege a ultranza de forma intolerante y fanática toda la doctrina relacionada con esta nueva arquitectura que todo lo impregna.
Una nueva religión que posee sus signos distintivos de identificación básicos; Como una neolengua con términos abyectos y confusos que desorienta y hace sentir inferior, buscando someter al neófito.
Con una indumentaria a modo de hábito perfectamente reconocible, prendas negras elegantes en toda la extensión que la moda permite, desde el traje hasta los vaqueros y la camiseta raida.
Criticar esta situación, denunciar estos hechos, es inmediatamente considerado como blasfemia, y entrar a discutir cualquier cosa relacionada con lo anterior, anatema.
No pasó mucho tiempo antes de que esta nueva religión impregnase en el inconsciente colectivo, una suerte de estructura social parecida a la eclesiástica, en la que una vez identificados los dioses, existen unos elegidos representantes de los dioses, que interpretan la palabra “el legado” en forma de Papas a nivel internacional, que reconocen y eligen delegados de su religión a nivel nacional, “los cardenales” que se encargan de que la doctrina sea difundida y respetada en sus respectivos paises y estos a su vez a nivel regional por “los obispos” que controlan en su área a sus acólitos y que tienen por debajo de ellos, en las ciudades y pueblos representantes “curas”, que defienden la doctrina, velan por la Fe y orientan a la plebe sobre la verdad de la palabra.
Espero me sabrás disculpar la blasfemia en forma de metáfora florida.
¿Y que ha pasado con todas esas personas de la generación de mi padre, conscientes de esta dramática transformación?
Las voces discordantes que clamaban al cielo este despropósito han ido apagándose poco a poco al no tener medios de difusión con los que hacerse oír.
La gran mayoría fundidos en la mediocridad del cambio, los más interesantes y que podrían levantarse y ser oídos, están muertos y los pocos que han intentado denunciar y protestar, han sido apartados como párias y herejes.
Y esto es todo.
domingo, 19 de septiembre de 2010
miércoles, 15 de septiembre de 2010
martes, 20 de julio de 2010
OCLOCRACIA
Leyendo un día sobre los antiguos griegos me encontré con esta palabreja extraña y lleno de curiosidad me puse a buscar su significado. Para mi sorpresa me encontré con que los hombres sabios de la antigüedad conocían ya perfectamente cuáles son los principales peligros para la democracia definiendo con esta palabra la situación exacta que vivimos hoy en día. Una vez más "nada nuevo bajo el sol".
La Oclocracia se define básicamente como el gobierno de los Demagogos en nombre de la muchedumbre, diferenciando el término "muchedumbre" del de "Pueblo" o "Demos".
La muchedumbre sería el amplio sector de la sociedad sumido en la ignorancia, que se mueve por sentimientos elementales y emociones irracionales. El auténtico Demos, en contraposición, serían los ciudadanos conscientes de su situación y sus necesidades, con una voluntad formada y preparada para la toma de decisiones y ejercer así su poder de legitimación de forma plena.
Los oclócratas vuelcan todos sus esfuerzos propagandísticos y manipuladores hacia la muchedumbre, apelando a los más burdos sentimientos básicos, para legitimarse en el poder y alcanzar sus propios objetivos. En este sistema sólo se tienen en cuenta de forma superficial los intereses reales del país, siéndo el único objetivo la conquista y mantenimiento del poder.
De esta forma, en la oclocracia, la voluntad que otorga el pueblo está corrupta, pasando el poder del campo de los políticos al campo de los demagogos.
Ilustres pensadores como Polibio consideran la oclocracia como la etapa final e inevitable de la Democracia, ya que está en el interés de los políticos que ostentan el poder fomentar esta degeneración para mantener dicho poder.
No me cabe ninguna duda de que hoy en día, en España y en todas las "democracias" occidentales vivimos en una auténtica Oclocracia.
Desearía conocer la opinión de los ilustres miembros del blog sobre el tema así como las posibles soluciones para no caer en la siguiente etapa que proclama Polibio: la Monarquía tiránica.
jueves, 8 de julio de 2010
lunes, 21 de junio de 2010
Marco Tulio Cicerón,
jueves, 17 de junio de 2010
miércoles, 16 de junio de 2010
sábado, 12 de junio de 2010
SOLSTICIO 2010 EN LA MISMA LADERA DE SIEMPRE
lunes, 31 de mayo de 2010
lunes, 26 de abril de 2010
viernes, 23 de abril de 2010
VERBUM
Descontrolado y como a quien le gobierna una insaciable sed de vida viajé por el mundo, quería sentirlas todas y descubrir sus secretos, no importaba en que forma ni en que idioma fuesen pronunciadas, una noche pase largas horas escuchando como unos ancianos discutían acerca de la “vida”, y en otra ocasión lejanos ecos me hicieron viajar miles de kilómetros en tan un solo instante. Sin embargo llegado un día todo empezó a cambiar, poco a poco fui dándome cuenta de que algunas palabras adoptaban un comportamiento extraño respecto a las otras, así podía ocurrir que dos personas estuviesen hablando acerca de la “verdad” y en ningún caso percibía lo mismo si era pronunciada por uno o por otro, haciendo de esta manera confusas todas las demás con las que se relacionaba, por ejemplo cuando alguien decía “la rosa verdadera” el resto de rosas se me antojaban meras apariencias y así hasta el infinito, pues el número de hombres sobre la tierra es tal que no hallareis mayor multiplicidad cuando de verdades se habla.
Que podía hacer, mi nuevo don me empujaba a un callejón sin salida como quien se precipita al abismo y todas aquellas cosas que creía comprender se tornaban confusas haciendo del miedo mi seña y de la inseguridad mi refugio… Fruto de mi desesperación dejé incluso de percibir los sonidos, cuando alguien intentaba hablarme tan solo me transmitía un incomprensible susurro, un ligero movimiento en sus labios, nada significaban ya para mi los nombres, y si alguna vez recordaba una voz trataba de distraerme mirando al horizonte y no sintiendo nada. Todas las palabras se iban desvaneciendo… Llegue incluso a pensar en retirarme a las montañas pero cuando quise hacerlo había olvidado ya que eran y donde se encontraban…
Dentro de mi nostalgia, tantas dudas se agolpaban en mi corazón que el “ruido” de mi propio pensamiento me impedía discernir entre lo verdadero y lo imaginario, desaparecieron los besos, las miradas, los abrazos y mi propio rostro se convirtió en un extraño que en ocasiones me observaba desde los espejos hasta que, en el momento justo en el que la oscuridad había alcanzado casi la totalidad de mi alma, cuando la risa y el llanto se habían convertido en sinónimos y parecía que ya todo estaba acabando, como quien deja de respirar exhalé mi última pregunta; ¿donde se halla la verdad? y la profunda voz del Silencio me dio la respuesta…
lunes, 29 de marzo de 2010
A -Pero entonces -me atreví a comentar-, aún estáis lejos de la solución…
G -Estoy muy cerca, pero no sé de cuál.
A -¿O sea que no tenéis una única respuesta para vuestras preguntas?
G -Si la tuviera, Adso, enseñaría teología en París.
A -¿En París siempre tienen la respuesta verdadera?
G -Nunca, pero están muy seguros de sus errores.
A -¿Y vos? -dije con infantil impertinencia-. ¿Nunca cometéis errores?
G -A menudo -respondió-. Pero en lugar de concebir uno solo, imagino muchos, para no convertirme en el esclavo de ninguno.