domingo, 19 de octubre de 2008

DELIRIO INMOBILIARIO

Hace unos meses escribí un artículo que parecía quedarse obsoleto pero que continuamente vuelve a coger vigencia. La semana pasada el presidente de la asociación de promotores y constructores de España dijo expresamente: "que nadie espere que un piso baje un 30 o un 40% porque, antes de eso, se lo regalo al banco". Tras leer este comentario decidí compartir con vosotros este artículo añadiéndole una coletilla final:


DELIRIO INMOBILIARIO

Llevamos una década padeciendo un delirio inmobiliario sin precedentes. El nido donde echar a descansar nuestras espaldas se ha convertido en el eje social, económico y político de España. Un delirio sin medida, en el que personas con trozos inútiles de tierra han sido tocados por la “fortuna”. Personas que pasaban en el momento y por el lugar adecuado, sin más merito que el de ir paseando. Dichosos ellos, y maldita la vanidad con la que han tenido que disfrazar su aleatoria gloria. Paja para una hoguera de vanidades.

Pero el fin de este artículo no es otro que el de hacer unas pinceladas sobre el surrealista cuadro nacional: dos millones de pesetas el metro cuadrado; el fenómeno de la cama caliente; el circo del caso Malaya y todos sus dantescos personajes; conversaciones sobre hipotecas como forma de vida; comunistas-promotores inmobiliarios; poceros con avión; pisos abuhardillados de 7 m2; señoras que ayer no llegaban a fin de mes y hoy alquilan con despotismo y abrigo de visón uno de sus inmuebles…

Pero lo más increíble, divertido y desconcertador que he vivido fue un bonito piso en venta en el centro de Madrid: reformado, con terraza, dos dormitorios y un cuarto de baño sin inodoro. Sí, lectores, un piso que no tenía váter. Imagínense mi cara ante el agente inmobiliario. Pero, ¿cómo que no tiene retrete?, pregunté. Y el comercial se limitó a decirme que suponía que sería por algún problema estructural, pero que si no me interesaba mejor no perder el tiempo. “No es que no me interese, es que no lo concibo”, repliqué.

Mi cabeza lleva meses dándole vueltas a ese episodio y a los inconvenientes de vivir en una casa sin retrete. En la búsqueda de una explicación, sólo he alcanzado a imaginar que el promotor inmobiliario ocupa un lugar tan elevado en esta sociedad que ha llegado a la divinidad, hasta el punto de que se le hubiesen olvidado las necesidades terrenales.


"Que nadie espere que un piso baje un 30 o un 40% porque, antes de eso, se lo regalo al banco". Pues que siga ardiendo la hoguera.

4 comentarios:

Pitufina Varsoviense dijo...

El delirio inmobiliario esta presente no solo en Espana, sino tb en Rusia. En el pais, donde solo 15 % de la populacion (ojo, que Rusia es un pais con muchos habitantes) se puede permitir el lujo de adquirir una vivienda.Un m2 en Moscu cuesta $7000!!!! ademas, hay mucha corrupcion,es decir, hay que sobornar a una promotora para poder comprarse un piso!!!! En mi tierra aun no hemos llegado a este punto pero en Varsovia, si, es dificil de comprar algo decente xq muchos extranjeros (ciudadanos comunitarios) invierten en pisos aqui y hacen que suban los precios (hay mucha demanda y poca oferta)..Tambien muchas empresas constructoras espanolas estan aqui (Catalina, Sando, Acciona etc)para poder satisfacer la necesidad.
En fin,la globalizacion nos afecta a todos...

Desde Varsovia con amor ;)

senatore dijo...

En el Madrid del capitán Alatriste parte del problema lo solucionaban arrojándolo por la ventana (por eso llevaban sombreros de ala...); eso sí, avisaban!!!

MariaCantabria dijo...

En un planeta donde nadie se pone de acuerdo me preocupa que todos estén de acuerdo en que la situación está bajo control...

Alejandro Perez dijo...

Si, querido Senatore, y a eso se le llama defenestración, por lo de finestra=ventana. Como añoro segun que costumbres....