Por algún motivo, la mancha de barro que Org dejó en la pared de su cueva al limpiarse las manos, le recordó el ciervo que se le había escapado en la cacería de la luna anterior. No pudo reprimir el impulso, y con un poco mas de barro, se retrató a si mismo junto al ciervo, esta vez sí, clavándole la lanza. Org gruñó satisfecho, y decidió que aquello era definitivamente bello.
Frulg, el mejor cazador de la tribu, contempló complaciente la obra de Org, y tras dedicarle a la pintura sus buenos cinco segundos, recriminó a Org el haber manchado la pared. Abatido, Org decidió no resignarse y volver a intentarlo. Deseaba volver a sentir la sensación de felicidad y plenitud que tuvo nada más terminar su ópera prima.
Durante dos largos inviernos, Org perfeccionó la técnica, realizando más de 25 ensayos al aire libre y dos obras murales en la cueva, con permiso de Hort, jefe de la tribu, para retratar una cacería en la que Hort destacó al derribar un toro. Y habría terminado la tercera obra de no haber sido aplastado por un caballo abatido durante una cacería.
Desde el instante en el que Org hizo el primer autoretrato, hasta nuestros días, millones de individuos han dedicado sus vidas en cuerpo y alma a entender, comprender y desarrollar eso que les hace sentir y a la vez expresar; eso que llamamos arte.
Años… siglos… milenios de estudio, de trabajo, de obsesión en aprender, crear, enseñar…
Mesopotamia… Egipto… China… Persia… Grecia… Roma… Al Ándalus…
Europa y el renacimiento… El mundo
Cientos de miles de tratados… universidades… talleres… bibliotecas… enciclopedias…
Pintura, literatura, poesía, arquitectura, escultura, música… música……… música
De todo esto, saco dos conclusiones:
1.- El que diga “sobre gustos no hay nada escrito” merece nuestro más rotundo desprecio.
2.- Siendo hoy en día el campo del arte tan descomunalmente extenso en tamaño y profundidad, yo no soy quien (por ignorancia) para erigirme en poseedor de la verdad y criticar el trabajo artístico de nadie, si bien tengo mi criterio, como todo el mundo.
No obstante, concluyo:
Que sin entrar en profundidad (de la que carezco) a analizar el trabajo artístico de Belén Arjona, persona que merece mi total respeto en todos los aspectos, opino que el mundo de la música comercial contemporánea adolece de un gravísimo defecto, consistente en aupar de la nada a la popularidad a artistas poco o nada preparados, sin estudios de ningún tipo sobre música, y en la mayoría de los casos con poco o nulo talento musical. Alguno de estos artistas consiguen al final de sus carreras, y después de una vida inmersos en la música, tener un nivel aceptable como músicos, y algunos menos, que gozaban de talento natural, crean obras maestras.
Para evitar entrar en polémicas innecesarias, no daré mi opinión personal sobre Belén como músico, pero propongo que, por el bien de esta pequeña comunidad en la que conviven distintas orientaciones artísticas y personales, de ahora en adelante, si se quiere compartir piezas artísticas, cualquiera que sea su naturaleza, nos ciñamos a obras consagradas y generalmente aceptadas como obras maestras, sin excluir artistas malditos que por su precocidad o por su no aceptación de lo políticamente correcto, aún no han sido subidos a los altares de Maestros.
No tengo ninguna duda de que Belén no es lo uno ni lo otro. Como casi todo el mundo.
Aprovecho la ocasión para enviar un fuerte saludo a Belén, a Ismael y a todo el mundo que disfruta de la música.
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