miércoles, 17 de junio de 2009

CARTA A UN PRESUNTO IMBÉCIL



Si te propusieras contar a alguien el interminable relato de tu vida, ¿cuánto tiempo crees que te tomaría tan interesante empresa? ¿una hora?, ¿tres?, ¿acaso serías capaz (tras relatar algunos detalles escabrosos, comprometidos, contando de paso parte de la vida de otro) de ocupar de cinco a seis horas?, ¿y cuantos años tienes tú…?

Al final siempre pasa lo mismo, caminamos por la vida pendientes de los detalles, de los colores, de los contornos y de algún que otro perfume embriagador, olvidando a cada paso hacia donde nos dirigimos. Algo así les ocurrió a Aquiles y Agamenón que, discutiendo por una muchacha, olvidaron por qué habían ido a las puertas de Troya, ¿no fueron para luchar?, ¿y no te ocurre a ti algo parecido? Pues corresponde al hombre discernir lo justo de lo injusto, lo blanco de lo negro, lo que es conforme a la condición humana y lo que es propio de los animales, esa es tu lucha y en estos pares de opuestos también están tus derrotas. Sin embargo, cuando una muchacha hermosa, un puesto de renombre, o unas cuantas y sucias monedas aparecen en tu vida, en el mejor de los casos pierdes los papeles y en el peor tu dignidad…

Es relativamente fácil hablar sobre lo conveniente y lo correcto, utilizando palabras rebuscadas y rimbombantes, buscando la aprobación de quienes te escuchan, recibiendo halagos y algún que otro consejillo “desinteresado” de otro contertulio, a la par que, gracias a tan imaginativas palabras y disertaciones, alguna moza despistada te brinde ciertos favores, de esos que tanto te gustan y que tan poco proclives son a conceder. Sin embargo, llevar una vida conforme a lo que uno piensa, ser consecuente con todo aquello que hemos previamente decidido, que nuestra mente sea rector de nuestra vida y sus pensamientos ley en nuestros actos eso, eso ya no es tan fácil.

Vivimos rodeados de personas con las que no se puede contar, o lo que es peor, con las que ni ellos mismos pueden contar, pues piensan de una manera, sienten de otra diferente y, para colmo de males, actúan como si un tercero (de mala fe) guiara sus pasos. Sin embargo, ninguno de ellos contiene su grotesco aliento, a la hora de emitir un juicio o una opinión sobre algo, y tú, tan dependiente como siempre de lo ajeno, fundas tus propios criterios sobre los de la mayoría, como si quisieras levantar los cimientos de un palacio sobre un montón de estiércol. Más te valdría entonces anunciarte en la plaza como esclavo pues eso, en el fondo, es lo que eres.

Pero pensar en la finalidad, en la de tu vida y en la de tus actos, dar un nombre a cada instante y rendir pleitesía al cansancio, tras el deber cumplido, esa es la clave. ¿Por qué te levantas?, ¿por qué ríes?, ¿por qué lloras?, ¿eres tú quien gobiernas sobre ti mismo o son tus emociones, tus instintos, los criterios de los que te circundan?, piénsalo bien, amigo mío, pues te va la vida en ello y entre tanto, si tu imbecilidad no da para más y te vendes, al menos eso no lo hagas por poco…

6 comentarios:

Constantinopla Ismael dijo...

Bienvenido seas FARAX, a este lugar de encuentros de desencuentros. Es un placer tenerte en nuestras desdibujas filas.

Respecto al texto decirte:

Sí, creo que somos unos imbéciles, pero unos imbéciles muy inteligentes. En esta vida podemos ser lo suficientemente inteligentes para zafarnos de muchas situaciones, problemas, miedos, fiestas... pero hay una cosa de la que nunca podernos zafarnos: de nosotros mismos. Por eso, el que se engaña así mismo será siempre un imbécil.

Sí, ahí andamos hacia unas metas que la costumbre difumina. Tened miedo a la costumbre.

Respecto a los halagos... aquí estamos deseando ser aprobados y que nos digan que maravillosos somos.

¡Cuántas personas inteligentes y cuántos estúpidos al mismo tiempo!

Bienvenido FARAX.

P.D: Tengo ganas de hacer un halago, pero no me atrevo, no vaya a ser que dejes de llevar la vida como la sientes y piensas.

FARAMIÑÁN dijo...

Estimado Don Ismael, recojo su bienvenida al tiempo que aprovecho para saludarle oficialmente. Detecto por sus palabras que quizá se ha sentido aludido por las mías, no piense usted que la epístola va dirigida a su merced aunque efectivamente, como acertadamente comenta, en cada uno de nosotros conviven inteligencia e imbecilidad en desigualdad de condiciones, el asunto es con cual de ellas se queda usted querido amigo.

Por otra parte, me llama profundamente la atención que utilice la inteligencia únicamente para escapar de situaciones indeseables, entiendo (en mi humilde opinión) que le sería mas práctico darle uso para evitar caer en ellas pues no olvide que la palabra inteligencia proviene del latín intellegere, es decir, capacidad de elegir entre varias opciones. Sobra decir que elegir entre lo conveniente y lo inconveniente es una magnifica oportunidad para probar a tan magnifica facultad.

En cuanto a la costumbre hace usted una crítica voraz olvidando que es también la costumbre la que le permite soportar el dolor, tantas veces presente en esta vida, no la deje pasar por alto, en este sentido entiendo que, puestos a elegir, podríamos a acostumbrarnos a obrar correctamente con los ideales de justicia, bondad y belleza como meta.

En otro orden de cosas hace usted una sutil ironía respecto a los halagos, sepa mi querido compañero de peripecias que el ofrecer halagos o no hacerlo es algo que depende de usted únicamente, de mi, en todo caso dependerá el uso que haga de ellos, por lo que entiendo que, si no los hace será porque no tendrá tantas ganas como dice.

Por ultimo plantea su ilustrísima la posibilidad de que, tras recibir un halago suyo, mi forma de entender la vida pueda sufrir un revés, francamente querido amigo no se que tipo de halagos es usted capaz de proferir, pero si son capaces de ello bien merece la pena ser oídos.

Siempre suyo sin acritud su viejo amigo FARAX

Constantinopla Ismael dijo...

Buenas tardes FARAX:
Que Dios nos coja confesados, pues, debo decir, que he cometido un error: no haber hecho un buen uso de la palabra; así, con mi puñetera ironía, no he dejado claro que el texto no sólo me ha gustado, sino que me ha parecido brillante en su contenido y forma.
Mis comentarios no son más que pequeñas reflexiones a las que invita el texto.
En ningún momento me lo he tomado como algo personal, lo único que me tomo como algo personal son aquellos comentarios que critican al Fari. Eso sí que no lo soporto… Me acuerdo de él mucho…
Así pues, darte la enhorabuena porque el texto invita al debate:
- Efectivamente, la inteligencia es mucho más amplia. En mi comentario sólo hacía referencia al uso de la inteligencia en un ámbito determinado, que venía al caso, como puede ser zafarse de problemas... pero evidentemente, la inteligencia se manifiesta en muchos otros ámbitos y fases.
- Respecto a la costumbre: me refiero al día a día, pero efectivamente hay costumbres maravillosas. Lo que pretendía era sacar a relucir la parte negativa y peligrosa, tal y como dijo Samuel Beker: "el aire está lleno de nuestros gritos pero la costumbre ensordece..."
- Sí, Hay que hacer halagos, hay que mostrar el cariño sincero. Por supuesto. Qué pena daría sino la vida... A lo que me refiero, y en relación al texto..., es al cuidado que hay que tener a veces con ellos. Otra frase del lapidario: " Qué indefenso está el hombre ante los elogios...!!!”
Así pues, lamento cualquier confusión, y de nuevo, te doy la bienvenida…
Nos vemos en el solsticio donde hablaremos de lo divino y lo humano…
Un abrazo.

FARAMIÑÁN dijo...

Estimado Don Ismael, no tiene usted por que preocuparse, siempre supe que no tomó mi carta como algo personal, de haber sido así habríamos rayado peligrosamente lo absurdo, pero debe usted entender que soy amigo de la polémica y que nunca digo no a una buena reyerta, en este sentido su comentario me resulto tentador…, su réplica en cambio esta llena de detalles de buen gusto, algo que por otro lado, a un hombre como usted que cierra los ojos cada noche y los abre cada mañana contemplando a una de las mujeres mas hermosas de estos feudos, no le debe faltar en absoluto.

En cuanto a los elogios, le diré que yo también he disfrutado mucho con su particular modo de escribir, de haber estado presente en la polémica del mes de abril y el huevo frito le hubiese ayudado a fintar el afilado estilo de Don Alejandro pues es bien sabido que esgrime la palabra con ejemplar maestría.

Quedo emplazado para el solsticio, será un verdadero placer conversar con usted sobre lo humano ya que respecto a lo divino me adhiero a lo expresado por Carl Gustav Jung “Vocatus atque non vocatus. Deus aderit”

Entre tanto reciba un afectuoso saludo de su viejo amigo FARAX…

Alejandro Perez dijo...

Imbécil, idiota y estúpido...

Es una curiosa etimología la de la palabra imbécil, que es una de las primeras que acude a la mente cuando de insultar se trata.
Llegó a nosotros en el siglo XVII a través del francés imbécille, aunque viene de lejos. El significado de esta palabra ha variado a lo largo de la historia, pues en un principio los romanos llamaban imbéciles a las personas débiles y flojas que no se podían sostener sin la ayuda de un bastón, y lo decían sin ningún tinte peyorativo, sin ánimo de ofender a nadie. Se trataba de una afirmación o descripción y no de un insulto.
La palabra imbecillis se formaba a partir de los términos latinos in (sobre, apoyado en) y bacillus (bastón, cayado) y definía al que no se sostenía por su propio pie, ya fuera por vejez, por enfermedad, por debilidad o por el motivo que fuera. Ocurre que el término sufrió una modificación semántica que nos llevó de la debilidad física a la debilidad mental, y de la falta de firmeza a la idiotez.
En el Diccionario se puede leer: 1-alelado, escaso de razón, 2-(en desuso) flaco, débil.

El término idiota es un término médico que expresa un retraso mental más grave que el término imbécil. Nos llegó en el siglo XII a través del francés idiot, como mera adaptación de la forma latina idiota (persona ignorante) derivada, por su parte, del griego idiotés (hombre de la calle, plebeyo, particular). Este significado de inexperto e ignorante tuvo cierta vigencia en la europa medieval, ya que en los monasterios se llamaba idiota al miembro de la comunidad que no dominaba el latín y lo hablaba deslizando errores; de ahí el término idiotismo que define el uso incorrecto de una lengua (por ejemplo: la expresión A pies juntillas es un idiotismo al no concordar en género). Otros dicen que viene del latín idiota que , a su vez, deriva del griego idiotes=privado y éste de la raíz griega idios =propio, particular. Otros, hablan de que también significa, aquel a quien no le interesa la política, pero no encuentro ninguna referencia sólida al respecto.
Otra voz habitual en el repertorio de insultos es estúpido. Este término proviene del sustantivo latino stupidus (sorprendido, asombrado, aturdido), derivado del verbo stupere (sorprenderse, asombrarse, aturdirse), que han dado lugar a palabras como estupor (asombro, pasmo) y estupendo (admirable, asombroso, pasmoso), estupefacto (atónito, pasmado) y estupefaciente (que causa pasmo, estupor).
Y es precisamente el continuo aspecto de pasmo y asombro que tienen los necios y tontos de baba, lo que envileció el significado original durante el siglo XIX y lo cargó de aspectos negativos hasta llegar al significado actual.

luis dijo...

Varias cosas Primo Farax:



1º. Que MAGNÍFICA prosa destilas: Vivimos rodeados de personas con las que no se puede contar, o lo que es peor, con las que ni ellos mismos pueden contar, pues piensan de una manera, sienten de otra diferente y, para colmo de males, actúan como si un tercero (de mala fe) guiara sus pasos.

Te envidio por párrafos como este.
2º. El primo Farax, muestra su inteligencia desde el principio a pesar de ser excepcionalmente Bello: Alciato, octava rima de sus emblemas: Que mas vale el saber que la hermosura.


Entrando una raposa à su aventura
En una tienda de un representante,
Una cabeza hallò de tal figura
Que solo spir’to fuera alli bastante
A poner vida humana en la moldura
Segun era à la viva semejante.
Y dixo ansi, desque la tomò à el peso,
Gentil cabeza, mas no tiene seso.

3º. LO ESENCIAL QUE NADIE SE ATREVE A DECIR SOBRE FARAX EN ESTE BLOG: Que las donçellas an de ser muy guardadas. Primo Farax está en forma.

En esto también seguiremos a Alciato.


Haze en los bosques y templos morada.[2]
Y aqui nos muestra que porque el osado
Amor, tiende sus laços por prendellas
Se à de poner gran guarda en las donçellas.

Es decir que busquen refugio, si quieren claro que el problema es que no quieren.
.
4º. Que no se me ocurre adularte. Contra los aduladores: Alciato: el adulador es solo un imitador de los otros que se queda sin esencia. Y así lo pone de manifiesto en la moraleja del camaleón:


Està el Camaleon la boca abierta
Y de ayre se mantiene,[1]
Y en todos los colores se transforma
Sino es en blanco y rojo.[2]
Ansi en el popular favor se cria
El adulador triste
Todas las condiciones ymitando
Si no es la pura y casta.
5º. Que el Remedio contra lujuria, es comer lechuga, (Plinio en su historia Natural). lo que entra en la dieta del primo Farax, pero nunca come oye.