Un caso de infidelidad que pasó a la historia ya que durante el juicio la audiencia estalló de risa al escuchar lo ocurrido, fue entre el reconocido lexicólogo del siglo IXX Émile Littre y su esposa.
Resulta que ésta, un día entró a la habitación de ambos para encontrar a su marido encima de la criada. La mujer del lexicólogo dijo: “Émile, estoy realmente sorprendida” Su infiel esposo, sin poder dejar al lexicólogo de lado le respondió: “No amor, tú estás asombrada. El sorprendido soy yo”...
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