POR AURELIANO CAÑADAS
¿Por tan poco la vendes?
Si le hubieras sacado
un Audi o una moto,
un viaje a Canarias, por lo menos,
un teléfono móvil.
¿Crees que no ha de volver?
Estúpido, la vida
es un soplo de aïre
enrarecido.
Como implacablemente
la luz del alba acecha
detrás de las cortinas,
con esa misma urgencia,
reclamará lo suyo,
lo que desde esta noche
ya no te pertenece:
el alma.
.
martes, 11 de diciembre de 2007
domingo, 9 de diciembre de 2007
miércoles, 31 de octubre de 2007
La Mujer con clase
Sus labios eran rojos,
su mirada franca,
su cabello amarillo como el oro,
y su piel blanca como la lepra.
Ella era la pesadilla de la vida en la muerte,
que la sangre del hombre condensa con el frío.
Robert Graves. The White Godness.
Yo, de verdad que no se de nada, y menos de lo que voy a escribir; pero como sólo hace falta saber de lo que se va a hablar en público, y cada quién escribe lo que bien le parece, y no hay dos (Alejandro e Ismael) sin tres, y a la vuelta a lo venden tinto, me aventuro, pido perdón de antemano y ahí va; por lo menos el tema es interesante, eso si: sobre la belleza femenina, o la mujer con clase.
Hoy he despertado del verano, mi sueño ha durado mucho; sospecho que es porque el otoño ya no existe en Madrid, los viejos se hartan de decir que ya no hay estaciones, y que se pasa del calor al frío en un día.
Lo primero que he advertido, es que el invierno, es un castigo: condena de nuestros excesos al aire libre cuando el tiempo es amable, la ropa ligera y el corazón palpita más fuerte porque tiene que hacer frente a las emociones de todo tipo, que se exacerban con las temperaturas más altas, y no cuando dice el refrán, en primavera.
Así que, andaba yo dormido en los laureles hasta que he conocido tres mujeres que, si los arquetipos clásicos de mujer son la diosa, la virgen, la amante y la madre, éstas son tres nuevos: la pirómana, la loba, la mujer con guasa (Aunque para mi que en todas las mujeres hay algo de cada uno, por eso será que yo siempre estoy enamorado de la misma...) .
La primera se llama Miriam, y trabaja en un museo tan famoso que no daré su nombre, porque no queremos que la moleste nadie (por cierto Miriam, si nos lees danos un toque, Valle-Inclán y yo te hemos perdido la pista). Piensa que deben destruirse, quemarse, todas las obras de los museos, porque allí no tienen ningún sentido. Nosotros nos apresuramos a regalarle una preciosa caja de cerillas y a reflexionar que quizás ocupaba un puesto peligroso justamente por sus ideas.
La segunda es una niña bien; rica, guapa, cultivada, intelectual y que lleva la llave de la habitación de su hotel en la liga de silicona de sus medias de verdad.
La tercera es espectacularmente guapa y exuberante, parece que a lo mejor debiera ser estirada, pero resulta que es actriz cómica, se ríe de ella misma, y eso; bueno eso nos encanta.
Las tres son mujeres distintas, pero todas me han parecido, a mi, mujeres con clase.
Lo anterior me ha bastado de excusa para reflexionar sobre que es eso, y en esto, creo que debemos seguir las ideas de Scerbanenco, y los doctores (que clase de doctorado habrán realizado para ser expertos en esta materia) Gabriela Hunger Ricci y Paolo rovesti:
1. Ante todo, ser muy cuidadosa en el aspecto del rostro y del cuerpo.
2. Educación social polivalente, en el sentido de comportarse siempre según las mejores reglas de buena crianza.
Éstas reglas se manifiestan en una manera cortés de de saludar, de presentarse, de conversar, de sostener relaciones con los demás. Señorío en una palabra. Seguir las reglas de educación y del comportamiento según las costumbres imperantes; así por ejemplo, la mujer con clase, no se maquillará nunca en la mesa, en el restaurante, en público; ni se peinará o arreglará los ojos o los labios entre un plato y otro, sencillamente esperará a estar sola, en un sitio adecuado para poder hacer todo eso sin que la vean. No morderá el pan directamente, sino que lo partirá en trocitos y se lo llevará, con la mano izquierda, a la boca; no se secará el sudor, ni se quitará parte del maquillaje con la servilleta; no se apoyará en los codos durante la comida; no comerá con apresuramiento ni hablará con la boca llena, beberá únicamente cuando haya ingerido bocado, y antes, se secará los labios a fin de no dejar en el vaso manchas grasientas de comida o señales de carmín (que se quita con un pañuelito ex profeso, que debe llevarse en el bolso).
La manera de sentarse también tiene mucha importancia. No hay que sentarse nunca con las piernas cruzadas con demasiado descaro. Y no digamos con las piernas abiertas…o entornadas. Desmond Morris en su Libro El comportamiento íntimo, ya explicaba bien claramente, poniendo de ejemplo a la puritana inglesa, que sentarse con las piernas abiertas, supone una invitación sexual demasiado explícita, y preocuparse por cruzarlas por sistema, manifiesta que sólo piensa en lo único…
No hay que tener nunca las piernas separadas, los pies torcidos o vueltos hacia fuera, la espalda encorvada; no hay que sentarse en el borde de la silla, sino ocupar su centro con naturalidad.
Las indicaciones anteriores, son mas bien propias del famoso manual de Carreño, y se comentan por sí solas, la verdad.
3. Detestar algunas costumbres típicamente femeninas: el chismorreo, la pereza, la inconsecuencia.
Hablar en sentido corrosivo y crítico de los demás, denota siempre una falta de generosidad, y también una falta de intereses fundamentales, que hacen la alegría y la plenitud de la vida. Con mucha frecuencia las mujeres se entregan al chismorreo de una manera inconsciente, mientras otras se dedican a desollar a sus amigas, como si hiciesen un peeling. A menudo lo dicta la envidia, a veces es el resultado de un carácter malévolo, y otras es propio de mujeres casquivanas. El ocio mental (no hacer nada y dejar decir) es también una anquilosis del espíritu, que provoca negligencia y desorden.
Dejar las cosas para mañana, abordarlas superficialmente y sin energía, son tendencias típicas de las mujeres aburridas y ociosas.
La inconsecuencia, finalmente indica falta de carácter y ambivalencia de pensamiento (que expresiones!) y de actitud. Es mucho más frecuente de lo que se imagina, y es muy perjudicial para las mujeres que quieren ser de clase. Así, existen mujeres amantes de la poesía y de la espiritualidad, mujeres que tienen el mito de sí mismas y al propio tiempo aman a otro, etc.
No salgo de mi asombro! Aquí a la profesora Hunger se le ha ido la olla, o tiene el entendimiento encerrado en una botella, y la botella en la Luna, como Orlando Furioso, y se dedica a hacer comentarios airados e inconscientes, como aquel iba dando mandobles a diestro y siniestro. No son, creemos costumbres típicamente femeninas sino humanas, si acaso, pero detestables siempre, deben ser desechadas por las personas con clase.
4. Reducir al mínimo el egoísmo y el orgullo. Una mujer de clase, no lo será si se muestra egoísta, o sea, si se convierte en un centro de intereses materialistas y de satisfacciones personales a costa de perjudicar a los demás, ni tampoco se dará tono, adoptando aires de suficiencia. Todo esto indica un carácter mezquino y una falta de seguridad interior. La amabilidad, el saber dar, el interés por los demás, el deseo de comprenderlos y ayudarlos son prerrogativas importantes del ser humano.
Éste es a nuestro juicio el comentario más importante del artículo, el mas sincero, el mas digno, intelligenti pauca.
5. Librarse de los seis pecados capitales de la belleza. Viviane Romance estableció experimentalmente¿? La influencia perjudicial de los malos sentimientos en el rostro: la avaricia adelgaza los labios, la ira inyecta los ojos en sangre y crea arrugas, el ocio deja las mejillas lacias; la gula da pesadez a la fisonomía y la envidia deshidrata la epidermis.
En Definitiva hay que ser culta sin ostentación, generosa sin cálculo, gentil sin complacencia por serlo, bella por el placer de agradarse a sí misma y a los demás.
Esta si que es la joya de los avisos de nuestra profesora, oye, y justo colofón.
Hala! ya podemos sentirnos como Hylas entre las ninfas, según las pintó John Waterhouse; se decía que aquellas, como digo yo hoy, de las mujeres con clase, sólo pueden verlas los hombres sensibles. Y las mujeres, añadiríamos.
Con ésto termino, recojo y me retiro; y me hago merecedor de los regalos que mis compañeros de página me han hecho esta semana, El Retrato de Dorian Gray, y tres latas de atún, ojalá fueran por ser un articulista de tomo y lomo (de atún), me temo que sólo llegamos a articuleros, que es el despectivo del anterior; y sea por el tema, porque Wilde exaltó la belleza en su magnífico libro, y porque el atún, nos alimenta, los mas de los días, a los solteros, como la admiración por lo bello.
su mirada franca,
su cabello amarillo como el oro,
y su piel blanca como la lepra.
Ella era la pesadilla de la vida en la muerte,
que la sangre del hombre condensa con el frío.
Robert Graves. The White Godness.
Yo, de verdad que no se de nada, y menos de lo que voy a escribir; pero como sólo hace falta saber de lo que se va a hablar en público, y cada quién escribe lo que bien le parece, y no hay dos (Alejandro e Ismael) sin tres, y a la vuelta a lo venden tinto, me aventuro, pido perdón de antemano y ahí va; por lo menos el tema es interesante, eso si: sobre la belleza femenina, o la mujer con clase.
Hoy he despertado del verano, mi sueño ha durado mucho; sospecho que es porque el otoño ya no existe en Madrid, los viejos se hartan de decir que ya no hay estaciones, y que se pasa del calor al frío en un día.
Lo primero que he advertido, es que el invierno, es un castigo: condena de nuestros excesos al aire libre cuando el tiempo es amable, la ropa ligera y el corazón palpita más fuerte porque tiene que hacer frente a las emociones de todo tipo, que se exacerban con las temperaturas más altas, y no cuando dice el refrán, en primavera.
Así que, andaba yo dormido en los laureles hasta que he conocido tres mujeres que, si los arquetipos clásicos de mujer son la diosa, la virgen, la amante y la madre, éstas son tres nuevos: la pirómana, la loba, la mujer con guasa (Aunque para mi que en todas las mujeres hay algo de cada uno, por eso será que yo siempre estoy enamorado de la misma...) .
La primera se llama Miriam, y trabaja en un museo tan famoso que no daré su nombre, porque no queremos que la moleste nadie (por cierto Miriam, si nos lees danos un toque, Valle-Inclán y yo te hemos perdido la pista). Piensa que deben destruirse, quemarse, todas las obras de los museos, porque allí no tienen ningún sentido. Nosotros nos apresuramos a regalarle una preciosa caja de cerillas y a reflexionar que quizás ocupaba un puesto peligroso justamente por sus ideas.
La segunda es una niña bien; rica, guapa, cultivada, intelectual y que lleva la llave de la habitación de su hotel en la liga de silicona de sus medias de verdad.
La tercera es espectacularmente guapa y exuberante, parece que a lo mejor debiera ser estirada, pero resulta que es actriz cómica, se ríe de ella misma, y eso; bueno eso nos encanta.
Las tres son mujeres distintas, pero todas me han parecido, a mi, mujeres con clase.
Lo anterior me ha bastado de excusa para reflexionar sobre que es eso, y en esto, creo que debemos seguir las ideas de Scerbanenco, y los doctores (que clase de doctorado habrán realizado para ser expertos en esta materia) Gabriela Hunger Ricci y Paolo rovesti:
1. Ante todo, ser muy cuidadosa en el aspecto del rostro y del cuerpo.
2. Educación social polivalente, en el sentido de comportarse siempre según las mejores reglas de buena crianza.
Éstas reglas se manifiestan en una manera cortés de de saludar, de presentarse, de conversar, de sostener relaciones con los demás. Señorío en una palabra. Seguir las reglas de educación y del comportamiento según las costumbres imperantes; así por ejemplo, la mujer con clase, no se maquillará nunca en la mesa, en el restaurante, en público; ni se peinará o arreglará los ojos o los labios entre un plato y otro, sencillamente esperará a estar sola, en un sitio adecuado para poder hacer todo eso sin que la vean. No morderá el pan directamente, sino que lo partirá en trocitos y se lo llevará, con la mano izquierda, a la boca; no se secará el sudor, ni se quitará parte del maquillaje con la servilleta; no se apoyará en los codos durante la comida; no comerá con apresuramiento ni hablará con la boca llena, beberá únicamente cuando haya ingerido bocado, y antes, se secará los labios a fin de no dejar en el vaso manchas grasientas de comida o señales de carmín (que se quita con un pañuelito ex profeso, que debe llevarse en el bolso).
La manera de sentarse también tiene mucha importancia. No hay que sentarse nunca con las piernas cruzadas con demasiado descaro. Y no digamos con las piernas abiertas…o entornadas. Desmond Morris en su Libro El comportamiento íntimo, ya explicaba bien claramente, poniendo de ejemplo a la puritana inglesa, que sentarse con las piernas abiertas, supone una invitación sexual demasiado explícita, y preocuparse por cruzarlas por sistema, manifiesta que sólo piensa en lo único…
No hay que tener nunca las piernas separadas, los pies torcidos o vueltos hacia fuera, la espalda encorvada; no hay que sentarse en el borde de la silla, sino ocupar su centro con naturalidad.
Las indicaciones anteriores, son mas bien propias del famoso manual de Carreño, y se comentan por sí solas, la verdad.
3. Detestar algunas costumbres típicamente femeninas: el chismorreo, la pereza, la inconsecuencia.
Hablar en sentido corrosivo y crítico de los demás, denota siempre una falta de generosidad, y también una falta de intereses fundamentales, que hacen la alegría y la plenitud de la vida. Con mucha frecuencia las mujeres se entregan al chismorreo de una manera inconsciente, mientras otras se dedican a desollar a sus amigas, como si hiciesen un peeling. A menudo lo dicta la envidia, a veces es el resultado de un carácter malévolo, y otras es propio de mujeres casquivanas. El ocio mental (no hacer nada y dejar decir) es también una anquilosis del espíritu, que provoca negligencia y desorden.
Dejar las cosas para mañana, abordarlas superficialmente y sin energía, son tendencias típicas de las mujeres aburridas y ociosas.
La inconsecuencia, finalmente indica falta de carácter y ambivalencia de pensamiento (que expresiones!) y de actitud. Es mucho más frecuente de lo que se imagina, y es muy perjudicial para las mujeres que quieren ser de clase. Así, existen mujeres amantes de la poesía y de la espiritualidad, mujeres que tienen el mito de sí mismas y al propio tiempo aman a otro, etc.
No salgo de mi asombro! Aquí a la profesora Hunger se le ha ido la olla, o tiene el entendimiento encerrado en una botella, y la botella en la Luna, como Orlando Furioso, y se dedica a hacer comentarios airados e inconscientes, como aquel iba dando mandobles a diestro y siniestro. No son, creemos costumbres típicamente femeninas sino humanas, si acaso, pero detestables siempre, deben ser desechadas por las personas con clase.
4. Reducir al mínimo el egoísmo y el orgullo. Una mujer de clase, no lo será si se muestra egoísta, o sea, si se convierte en un centro de intereses materialistas y de satisfacciones personales a costa de perjudicar a los demás, ni tampoco se dará tono, adoptando aires de suficiencia. Todo esto indica un carácter mezquino y una falta de seguridad interior. La amabilidad, el saber dar, el interés por los demás, el deseo de comprenderlos y ayudarlos son prerrogativas importantes del ser humano.
Éste es a nuestro juicio el comentario más importante del artículo, el mas sincero, el mas digno, intelligenti pauca.
5. Librarse de los seis pecados capitales de la belleza. Viviane Romance estableció experimentalmente¿? La influencia perjudicial de los malos sentimientos en el rostro: la avaricia adelgaza los labios, la ira inyecta los ojos en sangre y crea arrugas, el ocio deja las mejillas lacias; la gula da pesadez a la fisonomía y la envidia deshidrata la epidermis.
En Definitiva hay que ser culta sin ostentación, generosa sin cálculo, gentil sin complacencia por serlo, bella por el placer de agradarse a sí misma y a los demás.
Esta si que es la joya de los avisos de nuestra profesora, oye, y justo colofón.
Hala! ya podemos sentirnos como Hylas entre las ninfas, según las pintó John Waterhouse; se decía que aquellas, como digo yo hoy, de las mujeres con clase, sólo pueden verlas los hombres sensibles. Y las mujeres, añadiríamos.
Con ésto termino, recojo y me retiro; y me hago merecedor de los regalos que mis compañeros de página me han hecho esta semana, El Retrato de Dorian Gray, y tres latas de atún, ojalá fueran por ser un articulista de tomo y lomo (de atún), me temo que sólo llegamos a articuleros, que es el despectivo del anterior; y sea por el tema, porque Wilde exaltó la belleza en su magnífico libro, y porque el atún, nos alimenta, los mas de los días, a los solteros, como la admiración por lo bello.
Luis.
lunes, 29 de octubre de 2007
NO AL ELITISMO Y LA EXCLUSIVIDAD!
He venido observando de un tiempo a esta parte, no sin cierto desasosiego, como el término que da nombre y sentido a este sitio, era asociado en exclusividad a cierto extracto social de corte más bien elevado. Y todo lo relacionado en este sentido con la acepción en concreto, era por ende vinculado a su vez a un nivel económico muy por encima de la media.
Esto no siendo del todo cierto, ha dado lugar a algunos malos entendidos que a continuación nos disponemos a subsanar.
Esto no siendo del todo cierto, ha dado lugar a algunos malos entendidos que a continuación nos disponemos a subsanar.
Arrojemos pues un poco de luz sobre esta materia, para no dar rienda suelta a nuestro desdén clasista, más allá de lo que recomendaría un razonable decoro.
Según la Real academia de la lengua española:
sibarita.
(Del lat. Sybarīta, y este del gr. συβαρίτης, de Σύβαρις, Síbaris, ciudad del golfo de Tarento, en Italia, célebre por la riqueza y el refinamiento de sus habitantes).
1. adj. Dicho de una persona: Que se trata con mucho regalo y refinamiento. U. t. c. s.
2. adj. Natural de Síbaris. U. t. c. s.
3. adj. Perteneciente o relativo a esta ciudad de la Italia antigua.
Como podéis comprobar, aunque intrinsecamente se presuponga que los naturales de Síbaris nadaban en la abundancia, en ningún momento en la acepción que nos ocupa, se hace alusión a ningún tipo de estatus en especial, por lo que podemos llegar a la conclusión sin riesgo alguno a equivocarnos, que cualquier persona que preste la debida atención a aquellas cosas que le suponen una particular satisfacción y tomen cuidado de hacerlo de manera pulcra y con intención refinada, aunque sea rodeado del más sencillo y humilde escenario, será por derecho propio miembro de esta hermandad.
Ejemplo poco ortodox de Sibarita carcelario...
lunes, 22 de octubre de 2007
TOSTADA DE TOMATE
Con esto de la globalización, la octava potencia, la televisión, las prisas, ZP, Europa y los blogs, las tostadas de tomate ya no son lo que eran. O tal vez, más certeramente, nunca hayan frecuentado ser lo que esperábamos que fuesen.
Atenógenes Perogordo, siempre elegante, atractivo, encorvado y asomándose a cualquier escote, afronta una nueva mañana. Rumbo al trabajo se detiene en un bar montado y regentado por su propietario, es decir, que no es de esas cafeterías prefabricadas e ideadas por alguna cabeza pensante en algún rascacielos; uno de esos lugares que van poblando el mundo, en el que, de forma prestidigitadora, se adaptan a tu personalidad ofreciéndote sabores para tú único y grandioso gusto; y al mismo tiempo todo sabe a lo mismo.
El bar al que ha entrado Atenógenes está regentado por dos señores perfectamente mal conjuntados y de barrigas considerables. No hace ni tres años que abrieron el local y ya tiene pátina, pues esta no sólo depende del tiempo, sino también del carácter del objeto o del lugar.
- Perdone, caballero, le importaría ponerme un café largo, muy largo, con leche templada, y una tostada de tomate- dijo Atenógenes con la misma ilusión con la que cada mañana pedía su desayuno, soñando en la tostada perfecta que una vez probó en su adolescencia.
- Una de tomate!!!- gritó el camarero a su compañero responsable del único departamento de tostadas del establecimiento.
Sentado en una mesa comenzó Atenógenes Perogordo su desayuno; y se dio cuenta al cabo de unos segundos de que estaba levitando a dos centímetros bajo el suelo. Terminó y se dirigió a quién le había atendido, lo miró a los ojos y dijo:
“Perdone, quería hacerle un comentario sobre la tostada… -guardó dos segundos de silencio, tiempo suficiente para crear suspense, para desconcertar, para ver como se tensionaba el rostro del camarero acostumbrado a la crispación del pueblo- …esa tostada que ustedes me han puesto, esa tostada…¡es la mejor jodida tostada de tomate que me han puesto en lo que va de año, qué coño, en lo que va de mi única y jodida vida! -El camarero, que llevaba camisa de lunares, sonrió gratamente, absolutamente sorprendido, mientras el Sr. Perogordo levanta progresivamente la voz- es más, eso no es una tostada, eso es una obra de arte: materia prima perfecta, combinación idónea y en su justo punto. Velázquez es mediocre a vuestro lado. Vosotros no sois cocineros, vosotros sois Dios que hacéis milagros en forma de tostadas- Atenógenes se engancha a la barriga de uno de los camareros y se apodera del local una feliz y muy preocupante tensión- ¡Maldita sea, me cago en Conchita Barrecheguren, qué venga aquí el pueblo y os desnude y os coma a besos vuestro cuerpo perfecto…!”
Y así nuestro protagonista del día continuó expresando sus sentimientos cada vez de forma más agresiva hasta que todo acabó en un maravilloso crimen pasional entre cliente y camarero.
Y es que una tostada de tomate perfecta es muy fácil de hacer y muy difícil de encontrar, imposible en las franquicias sin pátina.
By Costantinopla.
P.D.: Hola, Bienvenidos a nuestro Blog que os acercará a la palabra perfección.
lunes, 15 de octubre de 2007
Rudyard Kipling
" Si puedes mantener intacta tu firmeza
cuando todos vacilan a tu alrededor.
Si cuando todos dudan, fías en tu valor
y al mismo tiempo sabes excusar su flaqueza .
Si sabes esperar y a tu afán poner brida;
O blanco de mentiras esgrimir la verdad ;
O siendo odiado, al odio no le das cabida
y ni ensalzas tu juicio ni ostentas tu bondad .
Si sueñas, pero el sueño no se vuelve tu rey.
Si piensas y el pensar no mengua tus ardores.
Si el triunfo o el desastre no te imponen su ley
y los tratas lo mismo, como dos impostores.
Si puedes soportar que tu frase sincera
sea trampa de necios en boca de malvados;
O mirar hecha trizas tu adorada quimera
y tornar a forjarla con útiles mellados.
Si todas tus ganancias poniendo en un montón
las arriesgas osado en un golpe de azar
y las pierdes, y luego con bravo corazón
sin hablar de tus pérdidas, vuelves a comenzar.
Si puedes mantener en la ruda pelea
alerta el pensamiento y el músculo tirante
para emplearlo cuando en ti todo flaquea
menos la voluntad que te dice adelante.
Si entre la turba das a la virtud abrigo ;
Si no pueden herirte ni amigo ni enemigo;
Si, marchando con reyes del orgullo has triunfado ;
Si eres bueno con todos, pero no demasiado,
Y si puedes llenar el preciso minuto
en sesenta segundos de un esfuerzo supremo,
tuya es la tierra y todo lo que en ella habita
y lo que es más, serás hombre hijo mío.... "
No se me ocurre mejor manera de comenzar esta aventura, que este bello poema de Kipling como declaración de intenciones de lo que ya es de facto un rincón secreto.
Un rincón secreto donde tres miembros de la iniciática hermandad de L.I.A. a saber, Luís, Ismael y un servidor, que responde al imperial patronímico de Alejandro, van a volcar pensamientos, elucubraciones, trucos y pistas, para llevar nuestra existencia y la de los que nos rodean, a un plano, que sin rallar en el exceso, colme anhelos, ansias y necesidades, haciéndonos discurrir por este arduo sinvivir que nos regala el S.XXI. de manera elegante y satisfactoria.
Sin otro particular, pero ávido de ver como empieza a marchar este asunto, se despide de vosotros el generador, que no Sísifo de esta "cosa"....
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