lunes, 31 de marzo de 2008

CON TU PERMISO MARIA TERESA

Misiva de Maria Teresa, de 29 de Marzo de 2008.


Te prometí que escucharía con atención el discurso de Steve Jobs que me enviaste y que te diría qué impresión me causaba. Lo he hecho y ahí va mi impresión. Me ha parecido un discurso...:

- Atípico: porque un discurso (o, en realidad, un acto público de comunicación cualquiera) que huye de los lugares comunes es hoy "rara avis".

- Conmovedor: por sencillo, por escapar de toda artificiosidad, por llamar a las cosas por su nombre, porque se dirige no a un auditorio sino a todas y cada una de las personas concretas y singulares que integran -integramos- ese auditorio.

- Valiente: porque, desde el principio hasta el fin, invita -casi empuja- a tomar las riendas de la propia vida y a construir un espacio de reflexión autónomo, independiente, emancipado. Y porque, frente a nuestra a veces incomprensible tendencia a enterrar y desdeñar el pasado, nos recuerda que, queramos o no, somos siempre un compendio de lo que fuimos, de lo que estamos siendo y de lo que seremos. Y porque seguramente sólo es feliz y puede amar a quienes le rodean y puede volcarse con entusiasmo en sus quehaceres quien se siente radicalmente libre y en paz por dentro.

- Inspirador: porque destila optimismo, humildad, pasión, fuerza, convicción, ganas de vivir, conciencia de los propios límites, afán de superación. Y porque pone en valor esa palabra pretendidamente tabú: fe/Fe, con minúscula y con mayúscula, si me lo permites (pese al freudiano desliz de la traducción al omitir la referencia que hace Jobs a "vuestro Dios", ¿traducción libre, quizá?).

En definitiva, me ha gustado mucho. No hace falta que te lo jure, ¿verdad? Lo he guardado porque estoy segura de que, en lo sucesivo, más de una vez me gustará y/o necesitaré volver sobre él.
Me he sentido "aludida" en muchos de sus pasajes. Por razones que ahora no vienen al caso (o sí, pero que no me siento capaz de resumir en unas cuantas líneas de correo electrónico), a lo largo de mi vida, he tenido que enfrentarme muy crudamente a la necesidad de creer que las cosas que nos pasan o que nos toca vivir tienen, a pesar de todo y contra todo, un buen y digno sentido. Y que ese sentido algún día aparecerá claro ante nuestros ojos cuando, mirando hacia atrás, logremos "conectar los puntos".
Lo dífícil es encontrar adentro la fuerza y la serenidad para esperar la llegada de semejante día. Hoy, por fortuna, sigo creyendo que existe tal sentido, pero ya no tanto por necesidad sino por convicción.

4 comentarios:

MariaCantabria dijo...

No llego a entender las referencias a la posible intención por parte del traductor a la mención de "Vuestro Dios". Insinuáis algún complot anticristiano en la traducción.
Mi curiosidad necesita una explicación para estar tranquila.

Alejandro Perez dijo...

Jajajajajaja....Espero que no, por que al que tachan de anticristo es a Bill Gates!, Quien nos quedaría defendiendo plaza?

Constantinopla Ismael dijo...

Distinguida Ciber-Maritere:

Por la presente comunicarle mi deseo de invitarle a un café. Son muchas las referencias que tengo de usted y nunca le he podido ver. Intuyo que tenemos contenidos diferentes y actitudes comunes.
Habrá que tomarse un café.

Mari Tere dijo...

Estimado Ismael:
Sin duda, agradezco y acepto encantada la invitación. Sólo hace falta que coincidamos en un mismo punto de nuestro mapa patrio y ese café está hecho. Tus intuiciones se aproximan bastante a las mías. Con la taza de café en la mano, tendremos ocasión de comprobar si estamos en lo cierto. Hasta pronto.